Visita al Jardín Botánico

Jardín Botánico de Bogotá

Mi primera impresión al entrar al Jardín Botánico de Bogotá, fue la de transportarme hacia otro lugar en medio de la nada, muy diferente a la realidad: un pulmón natural embebido en el caos de la ciudad. Y digo caos, porque lo que me recibió en la vía de entrada al parqueadero, fue un trancón tenaz porque un bus había atropellado una moto. No fue nada agradable el recibimiento la verdad, pero parecía no haber sido algo muy grave, así que apenas entré realmente me olvidé de todo lo que me rodeaba.
Lo primero que vi, fue el árbol que decidí en ese momento sería mi árbol favorito: Araucaria Araucanus. Es un árbol gigante, muy tupido, que de lejos podría parecer un pino, pero al ver las hojas de cerca, es evidente que no lo es.
Empecé mi recorrido sin dejar que la llovizna dañara mi emoción. No tuve mucho tiempo para dedicarme a ver cada planta con dedicación, pero sí el suficiente para decidir volver a ver esos árboles con flores rojas que parecían peluzas, los pinos de todos los tamaños y especies, las rosas de algunos colores que no conocía, las palmas de cera que no veía desde que fui a Armenia, las orquídeas y el resto de flores extrañas y espectaculares (no me aprendí los nombres) de todos los colores, a sentirme realmente en un páramo simplemente al subir metro y medio, y al bajar estar en un desierto; y sin duda alguna quisiera volver a respirar el ambiente puro y el olor a pasto cortado y a no sé qué del humedal (de verdad, no lo puedo describir... es un olor a muchas plantas... delicioso).
Yo no iba al Jardín botánico desde que estaba en el colegio muy chiquita y no me acordaba cómo era. Ahora que volví lo recomiendo a todos los que quieran salir un momento de la rutina y de la ciudad sin tener que "pagar peaje" jaja.
Toda la información se puede encontrar en http://www.jbb.gov.co/web/index.php visítenlo para que les den más ganas de ir!