Mutaciones Urbanas

Monday, October 02, 2006

Ciudades de Muros

Una de las cosas que más me llamó la atención acerca de las “ciudades de muros” es el hecho de pensar en el concepto de seguridad, porque a partir de él se generan varias contradicciones. Para empezar, se podría decir que para muchos, el concepto de seguridad tiene que ver con el no-crimen, con la paz y la “tranquilidad” y la no-violencia. Pero ¿cómo se logra eso? Ya sea privada o públicamente, precisamente por medio de eso que se quiere combatir. ¿Por qué? Tal vez no se puede ocultar ese “espíritu salvaje y animal” que llevan los hombres adentro, y se matan como otras especies (arañas, escorpiones, leones) por territorio (aunque ojalá esa fuera la única razón por la que se matan los hombres unos a otros.).

Sin embargo, ¿es efectivo? Suponiendo que dentro de las ciudades muchos grupos humanos se agraden unos a otros (no necesariamente se matan) por territorio, ¿cuales son las consecuencias? ¿Finalmente alguien se queda con su porción de territorio para siempre y el perdedor se retira dignamente? Claro que no. La idea es estar en constante tensión sobre lo que se quiere, y así poder mantener el control. Porque el control no se obtiene manteniendo a la población en calma sino asegurándose de que todos “necesitan” que los protejan, y la consecuencia de eso es lograr que la ciudad no sea de nadie. A pesar de crear muros físicos y virtuales en las ciudades para delimitar un territorio aparentemente propio, el sistema y las políticas que las envuelven hacen que hasta los más protegidos lleguen a sentirse perseguidos e intranquilos en su propiedad, y por eso traten de buscar una protección exclusiva, al no confiar en los organismos de seguridad pública. Y no sólo eso, los grupos sociales siempre están en constante movimiento, en búsqueda de mejores lugares para vivir, más seguros, tranquilos y cómodos, haciendo que los muros que habían construido sean “derrumbados” por otros para construir unos nuevos.
Con esto quiero decir que a pesar del esfuerzo de muchos por establecer límites, éstos siempre van a ser traspasados, y esto se ha demostrado por más temor que se infunda. Así que tal vez no es cuestión de enfrentarse por un territorio que finalmente va a ser ocupado por otros, sino aceptar que dicho territorio no es de nadie, es de quienes acepten que esos límites se pueden romper sin violencia para generar nuevas dinámicas en la sociedad.

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